miércoles, 8 de septiembre de 2010
Satoshi Tajiri
El término Pókemon es el resultado de la creación de un joven japonés llamado Satoshi Tajiri.
Satoshi nació el 28 de Agosto de 1965 en Machida, un suburbio del oeste de Tokio. El lugar por aquel entonces todavía tenía un paisaje rural: Había arrozales y algo de selva. Ahí, Tajiri empezó desde pequeño a coleccionar insectos. Era considerado una persona extraña y nadie esperaba que llegara tan lejos. Pero él transformó todo lo que experimentó en la infancia en Pokémon.
"Cuando era pequeño", comenta, "quería ser Entomólogo (Nota: Profesión basada en el estudio de insectos). Cada nuevo insecto era un misterio. Y siempre iba en busca de más y más a distintos ríos, pantanos y bosques."
En el juego, los Pokémon se encuentran en pastos altos, en el agua y en las cuevas. "Esta es una manera de permitirles a los pequeños coleccionar insectos y otras criaturas".
El pequeño Satoshi no sólo jugaba con los insectos del pantano. En su casa, devoraba historietas japonesas. Y era fanático de los primitivos videojuegos. "En 1978 era un adicto al Space Invaders -comenta-. Recuerdo cómo maté a uno de los priméros invasores. Fue una experiencia que marcó mi vida" .
Cuando terminó la secundaria, Tajiri abandonó sus intenciones de ser entomólogo y les dijo a sus padres que no iba a ir a la universidad. Ellos se horrorizaron: Como buenos miembros de la clase media, esperaban que su hijo siguiera una carrera. Satoshi hizo un curso de electrónica de dos años en un instituto Politécnico: Fueron los únicos estudios formales que tuvo. A la vez, comenzó a escribir manuales donde descubría los secretos de videojuegos como el Donkey Kong. Después de encuadernar él mismo su primer "tratado", lo llevó a una librería de Tokio. A los pocos días, su buzón se llenó de cartas de fanáticos que lo alentaban a seguir publicando. Satoshi encontró así su primer nicho de mercado. No había ningún medio que trajera información sobre juegos. Con los seguidores más fieles crearon una revista llamada Game Freaks, del tipo Fanzine (de fans para fans).
A los 18 años, Tajiri tenía su primer negocio. Pronto, de las discusiones con los colaboradores de la revista llegó a la conclusión de que los juegos que había no eran demasiado buenos. Entonces decidió hacer uno propio. Empezó desarmando el sistema de un viejo Nintendo para ver cómo funcionaba. Tardó dos años para desentrañar la lógica de un Sega, y un año para desarrollar su primer juego: Quinty. Pero el éxito tuvo que esperar.
En 1991, Tajiri tuvo en sus manos un Game Boy por primera vez. "Tuve un clic y se me ocurrió la idea de Pokémon", dijo. Lo que más llamó su atención fue la posibilidad de conectar un Game Boy con otro mediante un cable. "Pensé que los organismos podrían pasar de un aparato al otro a través del cable", dijo. Cuando todos conectaban sus Game Boy para competir, Tajiri estaba pensando en hacerlos interactuar. "Entonces -recordó- no había Internet, donde la comunicación puede dirigirse a cualquier lugar del mundo, pero es anónima. El concepto de la comunicación por cable es bien japonés. Es como el karate: dos jugadores compiten, se saludan el uno al otro."
A partir de esto Tajiri concibió la idea de crear un videojuego llamado Pokémon. Satoshi les presentó su proyecto a los directivos de Nintendo, los dirigentes lo aceptaron pero no demostraron un gran entusiasmo.
No fue hasta que Shigeru Miyamoto apareció que no se imprimió mayor dinamismo al proyecto. Finalmente después de 6 años de trabajo salió a la luz las dos primeras versiones de Pokémon para Game Boy, un aparato portátil de pantalla pequeña; aunque para esa época la tecnología de dicha consola parecía obsoleta frente a la capacidad gráfica que ofrecían por entonces las consolas de Sega, Sony o de la misma Nintendo. Pese a esto, casi sin publicidad, se vendieron alrededor de 12 millones de cartuchos en dos años. Poco después del lanzamiento del videojuego apareció la historieta, que traía las primeras cartas coleccionables, y al año siguiente Nintendo creó los dibujos animados para la televisión.
Pero el éxito no llegó hasta que Nintendo anunció que existía un Pokémon al que se le denominó #151 que se añadía a al lista de 150 Pokémon ya existentes, y que sólo los mejores entrenadores podrían capturar. Este Pokémon tan especial se convirtió enseguida en una leyenda infantil. Las ventas del juego se multiplicaron. Como explicó Tajiri: "El verdadero disfrute de los videojuegos radica en su simplicidad y en la elaboración de una gran trampa". A punto de convertirse en uno de los diseñadores de juegos top, Satoshi tenía su revista cerca de la quiebra y había vuelto a vivir a la casa de sus padres. Un deshonor para cualquier otro joven japonés, aunque no para él. Luego el videojuego obtuvo la fama que propició su salto a los Estados Unidos y de allí al mundo convirtiéndose en el éxito que es ahora.
Hoy, el tímido creador de 40 años, tiene sus oficinas en un edificio de Setagaya, un barrio de universidades. Como rutina, se mantiene despierto durante 24 horas seguidas y después duerme doce, un ritmo difícil de seguir para cualquiera que no sea una criatura virtual. "Trabajé así los últimos tres años -comenta-. Para tener ideas es mejor estar despierto día y noche", recomendó.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario